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Una de las cosas que siempre me ha sorprendido es la oposición ciencias vs letras, como si fuesen enemigos irreconciliables, como si fuese incompatible tener curiosidad por la historia de tu país a la vez que interés por su geología.
Desconozco con detalle los planes de estudios actuales, y al ritmo que cambian seguro que antes de terminar esta entrada habrán cambiado otras dos veces más, pero en mis tiempos (ya empiezo a contar las cosas como si fuesen las batallitas del abuelo), se llegaba a un punto en el bachillerato en el que los niños tenían que escoger la opción de ciencias o la opción de letras. También existía una opción "mixta", que probablemente dejaba insatisfechos a los fanáticos de uno y otro bando.
Quizá sea una cuestión de tiempo y no podamos impartir más horas de clase a cada alumno, pero esta separación va más allá de lo simbólico. Al final se trata de una forma de etiquetar, marcar y enfrentar una serie de asignaturas entre ellas, como si fuesen incompatibles en vez de complementarias. He visto este tipo de rivalidad incluso entre alumnos, es decir, alumnos de ciencias que echan en cara a otros el ser de letras, y al contrario también.
Es como si en el conocimiento humano hubiese una enorme brecha que al final acaba extendiéndose más allá del ámbito académico. Mi postura es que hemos de considerar cultura tanto al conocimiento básico en "materia de letras" como al conocimiento básico en "cuestiones de ciencias". Y desde este enfoque, mi opinión personal es que las ciencias no están bien valoradas. Nunca he oído a nadie decir con orgullo "no sé en qué año se descubrió América ni quién lo hizo, yo es que soy de ciencias", pero sí he escuchado a personas jactarse de no saber interpretar un sencillo gráfico "porque yo es que soy de letras". Es más, se asume con naturalidad el que alguien no sea capaz de sumar 32+54 sin usar una calculadora.
Yo apostaría a que el anumerismo* (el equivalente al analfabetismo en matemáticas) es muchas veces la chispa que dispara miedos e inseguridades en algunas personas. Por ejemplo, en la situación de crisis económica en la que estamos viviendo, los telediarios más que nunca escupen cifras macroeconómicas sin interpretación ninguna, muestran gráficos a veces sin sentido, comparan datos de unos años con otros con criterios matemáticamente erróneos y comentan noticias en las que se habla de miles de millones de euros, medias, tendencias, porcentajes, etc etc. hasta la extenuación. Lo peor es que en muchos casos estos datos se tratan mal matemáticamente hablando, se suman porcentajes de forma indebida, se escalan los ejes de los gráficos de forma arbitraria etc etc. No hablo de la interpretación de los datos, que unos políticos con una cifra de paro dicen que es un buen dato y los del bando contrario dicen que es pésimo, hablo de los datos en si mismos.
Pues bien, creo que hay que equilibrar los conocimientos de ciencias y letras, dar a los dos su espacio, dar a los dos su importancia, cultivar los dos. En esta vida, para defenderse, y para tener un buen criterio, lo mismo hemos de conocer lo básico de historia, literatura y artes en general, que de medicina, física, matemáticas y ciencias en general.
*Anumerismo: esta palabra no está reconocida en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, pero es un término que quiere decir algo así como "la incapacidad de manejar cómodamente conceptos fundamentales de matemáticas, azar, porcentajes..."
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